La medida del Gobierno, que aplaude el Ejecutivo regional, fomentará el mercado negro y reducirá la ya de por sí escasa oferta residencial en el Archipiélago
«Una mala identificación del problema dificulta su solución; hay que construir viviendas y hay que ayudar a los colectivos en dificultades, pero limitar y distorsionar el mercado no solo no es una buena medida, sino que es un grave error». La advertencia del secretario general de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), José Cristóbal García, es en esencia la misma que hace su homólogo de CEOE-Tenerife, Eduardo Bezares: «Va a reducir la oferta, porque muchas de esas personas a las que se les imponga un tope retirarán sus casas y pisos del mercado, con lo que subirán los precios».
Vanesa Rubio, presidenta de la Asociación Canaria de Empresas de Gestión Inmobiliaria (Acegi), ahonda en todo lo anterior y pone énfasis en algo que suele pasarse por alto, y es que la mayoría de quienes alquilan pisos o casas en la Comunidad Autónoma son pequeños propietarios.