A la hora de adquirir un inmueble cuanta más información tengamos y más podamos acercarnos a la sensación de vivir en él mejor, tanto para el usuario, que tiene más probabilidades de acertar con lo que está buscando, como para la compañía inmobiliaria, que con este tipo de recorrido aumenta la satisfacción del cliente y las probabilidades de venta.
Son muchos los beneficios de la realidad virtual adaptada al mundo inmobiliario, sobre todo en el ámbito de las promociones inmobiliarias, sobre las que se puede realizar un completo reportaje de los exteriores y del interior de uno de los pisos piloto, realizar cambios de materiales y acabados o elegir la distribución que más se ajuste al cliente. También supone una ventaja para decoradores y arquitectos, ya que pueden hacerse una idea exacta del espacio que van a decorar o sobre el que van a proyectar cualquier tipo de reforma.
La compañía tecnológica Floorfy, especializada en el diseño de tours virtuales, estima que para 2025 la mayoría de las visitas online de los portales inmobiliarios, ya sean para comprar o alquilar, se realizarán a través de programas de realidad virtual. Asimismo, el informe Digitalisation in the real estate sector, elaborado por la consultora inmobiliaria CBRE, señala como una de las principales tendencias del sector el uso de las visitas virtuales para la venta y alquiler de viviendas.
En cuanto al sector inmobiliario, la ventaja competitiva que supone incorporar las nuevas tecnologías es evidente. El uso de la realidad virtual permite a las agencias ofrecer una experiencia de usuario más satisfactoria: visitar una casa con luz natural utilizando un dispositivo móvil u ordenador, las veinticuatro horas y desde cualquier lugar con conexión a internet.
Esta herramienta diferenciadora supone, además, un ahorro de costes, al eliminar la necesidad de que las empresas inviertan en espacios para exhibir sus propiedades. También resulta bastante atractivo a los propietarios que deciden confiar su vivienda a la inmobiliaria, ya que evitan innecesarias visitas a la propiedad y aceleran el proceso de venta.
Según detalla el informe de 2019 de la sociedad de tasaciones Tinsa, la media en España desde que una inmobiliaria o un particular ponen en el mercado una casa o piso hasta que un comprador se decide a adquirirlos es de 11,2 meses. Una visita virtual, que sustituya a la tradicional entrevista en el piso piloto en la que se muestran los planos de la vivienda, supone un salto cualitativo en la compraventa de viviendas, ya que mejora la experiencia del usuario, aumenta la competitividad del sector y supone un ahorro de recursos vital en la lucha contra el cambio climático o eventuales emergencias como la actual crisis sanitaria.